José Antonio Machado
El arzobispo, Víctor Sánchez Espinosa, encabezó la peregrinación de la Arquidiócesis de Puebla. Esta es la primera peregrinación después de dos años de pandemia que detuvo las acciones religiosas públicas.
Los fieles llegaron desde distintas regiones y zonas de la ciudad de Puebla. La fe y la devoción se desbordaron. Católicos creyentes elevaron su espíritu para entonar cánticos de fe. La alegría regresó a sus corazones puesto que retornaron a la villa de Guadalupe, corazón de la devoción del catolicismo mexicano.
Entre la música tradicional, la procesión avanzaba con paso firme bajo un cielo tranquilo.
El arzobispo Victor Sánchez miraba hacia el frente dirigiendo su mirada hacia la Basílica de Guadalupe. Al arribar a la Basílica entornó los ojos de manera devocional y se percibía apacible. Investido en su casulla, el arzobispo se santiguó y elevó una plegaria por el cuidado y el bienestar de los fieles y personas de la diócesis de Puebla.
Los peregrinos mostraban su fe de distintas maneras. Algunos se dirigían de manera reverencial a la Virgen de Guadalupe. Otros peregrinos dirigían sus oraciones mientras se arrodillaban en señal devocional. La fe que los fieles profesaban la expresaban con entrega y aplomo.
Monseñor recordó que desde 1987 cuando el padre Ramón Ibarra y González, primer Arzobispo de Puebla, realizó la primera peregrinación que se mantiene más viva que nunca, arropada con esa devoción Mariana inquebrantable.
Este domingo 12 de febrero peregrinaron más de 12 mil feligreses de Puebla pero es del período enero a febrero han arribado a la villa de Guadalupe más de 33 mil poblanas y poblanos.
Los cristianos confirmaron su devoción mariana. Frente al ayate del santo Juan Diego, algunos fieles se emocionaron. La fe se volvió un sentimiento colectivo y sagrado. Hombres y mujeres agradecieron las mercedes recibidas. Entre bienaventuranzas y bendiciones, los fieles católicos descansaron en espíritu y fe.
Violencia sin precedentes
Además pidió para que termine el modo de violencia sin precedentes que se vive en todo México, al igual para que concluya el modo de la inequidad social y el grito de los pobres.
Subrayó que la Iglesia ante esa terrible realidad no puede permanecer indiferente, sí trabaja desde su trinchera en Puebla y en territorio nacional para recomponer el tejido social, pero también pide a la Virgen de Guadalupe que arrope y auxilie a todos.
Pidió caminar por la sinodalidad, realizó una oración especial por los hermanos de Turquía y Siria que están sufriendo por las víctimas mortales de los terribles terremotos, por los miles y miles de heridos y por las miles de familias que perdieron a seres queridos.
Además pidió por los trabajos que se realizan en la Arquidiócesis de Puebla en el sur, oriente poniente, norte, en el centro y en la zona urbana; pero también por el nacimiento de nuevas parroquias como la de Tecamachalco San Martin Obispo.
«Suplicamos el don de la paz para nuestra patria para nuestra Puebla y para el mundo entero en un momento de conflictividad social en México y en el mundo mientras aún se sufre el duelo por la dolorosa pérdida de personas por el Covid-19 entre ellos que han partido a la casa del padre 65 sacerdotes».
Además dio gracias a Dios por el don de dos nuevos sacerdotes ordenados en días previos para el servicio de la Arquidiócesis de Puebla.
Bajo ese panorama indicó que unidos con la Iglesia pidió por los trabajos del próximo Sínodo de Obispos, oró por el trabajo que se está realizando en todas las zonas pastorales de la Arquidiócesis, para impulsar la aplicación del plan Diocesano de Pastoral.
Subrayó que para la iglesia, la peregrinación cumple con un sentido social, que es
manifestar públicamente la pertenencia a la Iglesia y que con motivo de la 132 Peregrinación Anual a la Basílica de Guadalupe miles de fieles convocados por el arzobispo de Puebla concurrieron a los pies de la Virgen Morenita del Tepeyac.
“Unos vienen en vehículo, otros en carreras de relevos, a pie, en bicicleta y otros aún en caballo peregrinan».
Acentuó que conscientes de que la peregrinación es una experiencia de misericordia, de compartir y de solidaridad con quien hace el mismo camino, que «nosotros», como también es una oportunidad para acoger generosamente a los peregrinos, o atenderlos en el camino.
Comments